En pasados días se reveló la lista de los 100 Mejores Restaurantes de América Latina 2024, con una gran cantidad de nuevos destinos gastronómicos para descubrir.
Las listas son el resultado de las opiniones y experiencias de la Latin America’s 50 Best Restaurant Academy, un influyente grupo formado por 300 expertos de la industria restaurantera regional que votan de forma confidencial por sus 10 experiencias gastronómicas favoritas de los últimos 18 meses.
El 26 de noviembre en Río de Janeiro se hará la entrega de los premios. También se premiará a la chef boliviana Marsia Taha, como la Mejor Chef Femenina de América Latina.
Entre los restaurantes de Bolivia tenemos:
NO.38 GUSTU
La Paz

Claus Meyer, cofundador de Noma, abrió Gustu en 2013. Con su uso exclusivo de productos endémicos, Gustu se ha convertido en un precursor del renacimiento culinario boliviano. Los comensales recorren el increíble paisaje de Bolivia, con su biodiversidad, en tan solo unos bocados. La carta ofrece el crudo de trucha del Titicaca con mango y nueces amazónicas; los tamales de cordero con crema de chile y verduras asadas; o el de llama con vainilla amazónica y ajipa (una verdura de raíz local).
NO.63 ANCESTRAL
La Paz

Los productos bolivianos se fusionan con las influencias vascas y nórdicas en Ancestral, donde los puntos en común se encuentran en el ámbito de la cocina al fuego. Inaugurado en 2019, el restaurante de La Paz ganó el premio American Express One To Watch en 2022 y ha seguido evolucionando su oferta en los años posteriores, gracias al inquebrantable impulso por la innovación de Mauricio López y Sebastián Giménez. Sus corazones de alcachofa a la parrilla con almendras amazónicas y salsa romesco son un plato imprescindible.
NO.69 PHAYAWI
La Paz

Phayawi toma su nombre de la traducción aymara de cocina, en honor a la lengua de los pueblos indígenas de los Andes y el Altiplano que rodean La Paz. Desde su apertura en 2020, la chef Valentina Arteaga y su equipo de cocina, compuesto en su mayoría por mujeres, han extendido este homenaje más allá de un mero apodo a través de una distinguida muestra de platos tradicionales bolivianos que son conmovedores y abundantes, esto último especialmente dado el amor de Arteaga por las vísceras.