• M: ¿Cómo te definirías en tres palabras y por qué?
  • DGR: Creador de momentos, porque considero que gran parte de mi inspiración en la vida es vivir la misma plenamente junto a las personas que te acompañan en el camino.
• M: ¿Qué te motiva a asumir proyectos que parecen imposibles, como llevar el vino boliviano a Europa?
  • DGR: Mi amor por Bolivia y la certeza de que nuestros vinos son de alta calidad. Estoy convencido de que el enfoque comercial para Bolivia al mundo debe estar orientado al mercado de lujo, es decir entrar en el mercado de segmento alto.
• M: ¿Qué aprendiste tras liderar la Bienal Internacional del Vino Boliviano?
  • DGR: En 2023 se lanzó la primera Bienal Internacional de vino Boliviano gracias a la iniciativa de Joan Carbo Sole, un master en enología que se enamoró del vino boliviano, con la retroalimentación que tuvimos de los participantes se planificó esta segunda versión, centrada en los vinos de alta gama bolivianos. Mi aprendizaje liderando esta versión fue grata, pero al mismo tiempo desafiante, lograr motivar a las bodegas bolivianas a participar de este tipo de eventos fue difícil, de ahí que se viene un gran trabajo para lograr que trabajemos todos juntos con una visión compartida marca país y vinos bolivianos.

VINOS DE BOLIVIA

• M: ¿Cuál fue el primer vino que realmente te hizo “despertar” y sentir que esto era parte de tu propósito?
  • DGR: Es un recuerdo que tengo bien marcado, aquel momento sentado frente a una ventana bebiendo una copa de vino blanco Liebfraumilch, escuchando una tonada de Pink Floyd, fue el momento que marcó el inicio de mi pasión por el vino. A partir de ahí se construye mi maestría del vino.
• M: ¿Cómo nació tu relación con el vino boliviano?
  • DGR: Desde muy temprana edad, en mis constantes visitas a Tarija, el vino tarijeño en primera instancia marcó mi ser, sin embargo, fue en la pandemia donde descubrí el gran potencial del vino boliviano. Probé vinos de Cinti, Samaipata y muchos otros de Tarija de bodegas pequeñas que sorprendieron mi paladar.
• M: ¿Qué significa para ti el concepto de “vino de altura”?
  • DGR: Va más allá de sólo expresar la altura de la tierra donde se cultiva la uva para hacer nuestros vinos. Para nosotros, el vino de gran altura se refiere a la gran calidad, a nuestra materia prima y a las condiciones únicas de nuestros terroir, sumado al gran trabajo de nuestros artesanos y bodegueros.
• M: ¿Cómo influyó Tarija, Cinti y Samaipata en tu visión enológica?
  • DGR: Influyo muchísimo, porque cada terroir tiene características únicas, una personalidad fuerte y definida y eso es muy importante al momento de establecer tu visión como winemaker, ya que es la base para proyectar los vinos que quieres crear.
• M: Si pudieras cambiar una cosa en la industria boliviana del vino, ¿cuál sería?
  • DGR: El enfoque en el productor, que los bodegueros le den más importancia y atención al productor de uva, que centren su atención en la calidad y estén dispuestos a invertir en ello. También que se trabaje en colaboración unos con otros, al final, mercado hay para todos y mientras más unido este el sector, mejores resultados y beneficios se podrán generar.

TRAYECTORIA

• M: En tu experiencia, ¿qué distingue al vino boliviano del resto del mundo?
  • DGR: Nuestros vinos tienen una gran ventaja competitiva frente a los vinos del resto del mundo, tenemos una materia prima de altísima calidad, con gran personalidad y fuerza, cepas endémicas únicas, terroir de gran altura y una gran historia a contar. Con todo esto, si se acompaña con una producción de alta calidad, tanto en lo agronómico como en lo enológico, se convierten en una joya que se puede apreciar a los niveles más altos en el mundo.
• M: ¿Qué vinos o bodegas han impactado tu formación personal y profesional?
  • DGR: Son muchos, mi recorrido por el mundo del vino fue amplio, a lo largo de mi maestría del vino caté más de 5000 etiquetas de todo el mundo, aun así, mi inspiración fue de un Sausini Merlot 2006, los vinos Icono de Kohlberg, el proyecto de Manfred Krankl con SINE QUA NON, mi obsesión con Chateau Petrus y el descubrimiento de las bodegas Boutique de Cinti. Fueron mi norte e inspiración para iniciar el proyecto de Colección de Autor.
• M: ¿Tu estilo enológico: cómo defines el tipo de vino que buscas crear con Colección de Autor?
  • DGR: Podría definirlo como un estilo libre, respetando la expresión de la uva y el terroir según de cada año. No busco estandarizar perfiles, dejo que cada año el vino sea único y por ello las producciones sean únicas también. Sin embargo, el foco en la calidad es clave, desde el trabajo en campo, el cuidado de la vid y sus frutos, hasta los procesos en bodega y producción. El estilo se resume en vinos únicos, de altísima calidad, con personalidad y auténticos.
• M: Cuéntanos un momento decisivo de tu carrera que cambió el rumbo de tus proyectos.
  • DGR: En la vida hay momentos claves. Para mí fue en 2004. Yo había renunciado a mi trabajo en La Paz para trasladarme a vivir a Tarija con el proyecto de abrir un supermercado.
  • En tanto, mi conversación con Federico Stelzer, gerente general de Hipermaxi, me cambió los planes. Hace 21 años que formo parte del equipo gerencial en la ciudad de La Paz. Gestionando la empresa con el cariño y la pasión tal como si fuera mía. Sin embargo, seguí invirtiendo y trabajando en mis proyectos personales, nació Colección de Autor en colaboración con varias bodegas pequeñas como Sausini, Sfarcich, Tierra Roja, San Francisco de la Horca y Cepas de Fuego.

FUTURO

• M: ¿Qué sueñas para el futuro del vino boliviano?
  • DGR: Que el vino boliviano brille en el mundo, que sea a través de nuestros vinos que el mundo mire Bolivia, que nuestros vinos generen inversión y turismo, que potencien la gastronomía y sea el motor de desarrollo económico en el país y a la vez sean motivo de orgullo y de creación de grandes momentos individuales y colectivos.
• M: La huella que quisieras dejar en este sector y en tu país.
  • DGR: Simplemente contribuir con vinos de alta calidad que generen momentos memorables para quienes los disfruten.