BoA ingresa a una fase de transformación para recuperar la confianza del usuario y restablecer la normalidad en el transporte aéreo del país.
La nueva etapa de BoA, en definitiva, combina varias estrategias graduales con miras a iniciar una nueva fase histórica de la empresa. Cumpliendo las nuevas metas, reactivará sus operaciones y también devolverá al sector turístico la estabilidad que necesita para seguir creciendo.
El anterior gobierno, dejó una empresa con vuelos retrasados y una flota reducida. Ahora se busca corregir el rumbo con medidas que combinan auditoría, transparencia y una futura alianza público-privada que permita inyectar eficiencia sin comprometer su carácter estatal. Es decir, no se privatizará.
La recuperación de aeronaves, prevista para los próximos meses, es uno de los pilares del plan. Con más aviones en operación y una programación más estable, BoA restablecerá la regularidad del servicio, un factor clave para el pasajero nacional y para la industria turística, que ha visto afectada su capacidad de movimiento debido a la reducción en la oferta aérea.
El impacto de esta reactivación es directo: el turismo depende de la conectividad, especialmente en un país donde destinos estratégicos, como el Salar de Uyuni, la Chiquitanía, el sur vitivinícola o la Amazonía, requieren un transporte aéreo eficiente para sostener su actividad. Operadores turísticos, hoteles y servicios complementarios han señalado la necesidad de contar con una aerolínea estable que garantice flujo constante de visitantes.
En ese contexto, BoA intenta reposicionarse como una empresa confiable. La auditoría integral ordenada por el Ministro de Obras Públicas, Mauricio Zamora, busca esclarecer responsabilidades y sentar las bases de una administración más rigurosa, mientras que la alianza público-privada en evaluación apunta a renovar procesos, fortalecer la gestión y mejorar la experiencia del usuario sin abrir la puerta a una privatización.
Se reconoce que la recuperación será progresiva, pero una vez estabilizada la flota y corregidas las deficiencias operativas, el país contará nuevamente con una empresa aérea capaz de soportar la demanda interna, impulsar la movilidad y acompañar el crecimiento del turismo.
La nueva etapa de BoA, en definitiva, reactivará sus operaciones: también podrá devolver al sector turístico — uno de los más sensibles a las fallas de conectividad— la estabilidad que necesita para seguir creciendo.
