Por la ruta del singani en Bolivia (siglos XVI – XXI). Esta es la historia de Viñas San Pedro a lo largo de más de cinco siglos, en los tiempos de opulencia y de carencia, de turbulencia y paz.
El libro es el resultado de la investigación histórica realizada durante una década por Carlos Calvo Galindo, quien dejó como legado esta crónica puntual que resume la labor y los desvelos de cientos de mujeres y hombres que dedicaron su vida a la viña, a la bodega y a la construcción de los Cintis. Y gracias a las editoras Esther Aillón y María Angélica Kirigin, que pusieron en valor la obra transportándonos a un fantástico viaje imaginario a la Viña San Pedro, en los cintis de Chuquisaca.
Cinti es la cuna del singani San Pedro. Desde las riberas del Pilcomayo hasta las serpenteantes aguas de los ríos Chico, Grande y San Juan fueron el escenario donde las cepas encontraron la tierra fértil para entregar sus frutos para la crianza y el destilado del vino convertido en el singani de mayor altura en el continente.
“Tierras de una historia que se cuenta por milenios. En sus paisajes geológicos de rojizos contrafuertes y sus verdes serpenteantes de frescas aguas de quebradas y ríos se trazan las líneas de una historia rica y compleja. En su historia mujeres y hombres de mucho temple para quienes el amor al terruño fue un valor heredado por generaciones. La gascuña boliviana la llamó Carlos Medinacelli por su ascendiente español. Pero también ha sido y es tierra de fuerzas originarias que tienen mucha personalidad. La historia de Cinti entreteje momentos y circunstancias que han forjado su carácter heredado de cientos de inmigrantes que llegaron a estas tierras en pos de mejor suerte”, señala la parte introductoria de la obra.
Fueron empresarios que dejaron huella, entre ellos Alonso de Fonseca Falcon, el Maestre de Campo Antonio López de Quiroga (1620-1699) y Josefa Lizarazu de Linares, quienes fueron incansables organizadores y promotores de negocios en Cinti y en Potosí, quien compró Viña San Pedro en 1658 convirtiéndola en su propiedad más importante. Llegó a producir 80.000 litros al año.
Se menciona que varios de los propietarios de la Viña San Pedro Mártir estuvieron vinculados directamente a la actividad minera y comercial que tenía la ciudad de Potosí como el principal mercado y que además llegaba desde el siglo XVI el aguardiente de uva de Cinti.
El libro contiene 820 páginas comprendidas en 19 capítulos. Recorre el cañón cinteño aún antes de la plantación de las primeras cepas de la uva Moscatel de Alejandría. El libro está dividido en cinco partes: Cinti antes de la vid; la Viña San Pedro y sus propietarios en tiempos coloniales; el Valle de Cinti en el siglo XIX; Denominación de origen y la ruta del singani y la historia de Viña San Pedro entre 1925 y 2007.