La bodega Jardín Oculto reconocida por su trabajo con viñas viejas ya exporta vinos a Brasil, convirtiéndose en la primera bodega boliviana en lograr este importante hito.
La exportación de vino a Brasil marca un hito significativo para Jardín Oculto y para la industria vitivinícola boliviana en general. Este logro demuestra el potencial y la calidad de los vinos bolivianos, y abre nuevas oportunidades de crecimiento y expansión en el mercado internacional.
Jardín Oculto se enorgullece de llevar los vinos y tradiciones bolivianas a Brasil, y espera seguir conquistando nuevos mercados en el futuro. Con su compromiso con la calidad, la preservación de las viñas viejas y la promoción de variedades ancestrales, esta bodega continúa siendo un referente en la producción de vinos únicos y auténticos.
Gracias a la gastronomía boliviana, un importador de Brasil fue a comer a La Paz, visitó el restaurante Gustu y probó los vinos, le encantaron, además de gustarle la historia de los viñedos, confesó la fundadora de Jardín Oculto María José Granier.
“Primero fuimos a Brasil hacer una prueba de mercado a una feria y cuando vio que había interés, decidió hacer pedido para su país, lamentablemente en ese entonces era una situación bastante incierta porque ninguna bodega boliviana había podido llevar los vinos a Brasil dado que ese país tiene una legislación que después de mucho averiguar nos dimos cuenta que Bolivia no podía cumplir si es que la etiqueta decía vinos de altura, porque es considerado una denominación de origen y Bolivia no cuenta con el estudio de laboratorio como para dar el certificado que Brasil solicitaba en caso de denominación de origen, pero una vez que nos dimos cuenta de eso, logramos realizar toda la documentación y salir adelante¨.
La Bodega Jardín Oculto, exporta 3 variedades a Brasil, son vinos ligeros y entran en el rubro de vinos naturales, lo que quiere decir que hay una intervención mínima.
¨Lo que queremos es mostrar el viñedo, por eso el trabajo es lo menos posible en bodega. Lo que queremos hacer son vinos muy fáciles de beber, jóvenes y que se hable del viñedo y no de la madera de la bodega¨.
Desde su fundación en 2019, Jardín Oculto se ha dedicado a elaborar vinos de variedades ancestrales como Moscatel de Alejandría, la Negra Criolla y la Vischoqueña. Estas variedades únicas y autóctonas son un tesoro enológico que la bodega ha sabido aprovechar para crear vinos de calidad excepcional.
Uno de los aspectos más destacados de Jardín Oculto es su trabajo con las viñas viejas conocidas como «Los Arbolitos». Estas viñas, que han crecido enredadas a árboles molle y chañar durante más de 100 años, alcanzan alturas impresionantes de hasta 6 metros. Esta forma de cultivo, además de ser visualmente impactante, contribuye a la calidad y singularidad de los vinos producidos por la bodega.
La fundadora de Jardín Oculto, María José Granier, se enamoró de este tipo de viñedo en 2014, durante una visita organizada por el Master of Wine Cees Van Casteren. Desde entonces, decidió que debía mostrarle al mundo este secreto tan bien guardado y comenzó su proyecto de bodega. Su pasión y dedicación han sido fundamentales para el éxito de Jardín Oculto.
El equipo enológico de la bodega está compuesto por Nayan Gowda y Mercedes Granier, ambos especializados en Australia. Su experiencia y conocimiento han sido clave para lograr la calidad y excelencia que caracteriza a los vinos de Jardín Oculto.
El nombre «Jardín Oculto» refleja la diversidad y riqueza del viñedo. Además de las vides y los árboles que las guían, en el viñedo se encuentran higueras, manzanos, granadas, membrillos, gallinas, ovejas, perros y gatos.
Esta convivencia armoniosa entre la naturaleza y la viticultura es una parte integral de la filosofía de la bodega.
Es importante destacar que todo el trabajo en viña se realiza de manera tradicional, utilizando escaleras para acceder a las uvas. Además, la Vischoqueña, una variedad de uva única que solo existe en Bolivia, es una de las joyas de la corona de Jardín Oculto.
Fuente: Economy.